“Solo aquello que realmente emociona al consumidor le generará un recuerdo”
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Desde el MaCom de la UPV estudian técnicas de neuromarketing para avanzar hacia una publicidad basada en emociones y experiencias.
a crisis del coronavirus ha alterado nuestros hábitos de vida y la manera de relacionarnos. Del mismo modo, nuestra forma de consumir también está cambiando. Así lo describen los profesionales del Master de Marketing y Comunicación Empresarial (MaCom) de la Universitat Politècnica de València (UPV), quienes señalan la necesidad para las empresas de avanzar hacia nuevas formas de interrelaciones con los consumidores. “La mayoría de las marcas lo que hace es comunicar de manera repetitiva, una forma que lleva empleándose desde el siglo XX. Incluso en los canales digitales las marcas se proyectan de manera invasiva”, expone David Juárez, coordinador del MaCom Research Lab.
Apunta, a su vez, su compañero, Pablo Ferreiros, Doctor en Marketing por la Universidad CEU Cardenal Herrera y miembro del equipo de MaCom como docente e investigador, que la actual crisis de la COVID-19 están cambiando la forma en que las empresas se relacionan con sus clientes. En concreto, apunta a la importancia que han cobrado los canales digitales así como la necesidad de enfocarse en las emociones de los consumidores. “Esta crisis ha cambiado la percepción del consumidor y sus hábitos, por lo que el marketing se tiene que adaptar. Queremos acompañar a las compañías en sus procesos de digitalización y que logren humanizar su marketing”, indica Ferreiros.
En esta línea, desde dos laboratorios en Alcoy y Valencia con los que cuenta MaCom, trabajan en técnicas de neuromarketing para comprender las emociones de los consumidores. “Con neuromarketing conseguimos identificar cuáles son los estímulos que funcionan a nivel emocional y generar un gran interés y atención por parte del consumidor”, señala Juárez, quien añade que hasta el momento las empresas han comunicado mediante la repetición, pero que sin embargo, son las emociones las que generan recuerdos más duraderos en las personas por lo que el marketing debe focalizarse en estas.
“El cerebro recibe cerca de 3.000 estímulos publicitarios al día y se protege ante tanto estímulo. Solo presta atención a aquello que realmente lo emociona y capta tu atención. Nosotros registramos esos picos de emoción. Solo aquello que realmente emociona al consumidor le generará un recuerdo”, indica el coordinador del MaCom Research Lab.
De este modo, tanto en entornos simulados en el laboratorio como con trabajo de campo, los expertos utilizan diversas tecnologías para registrar las emociones de los consumidores ante diversos estímulos de las marcas. En concreto, utilizan tecnología de eye tracking para determinar que está viendo u escuchando el cliente, luego a través de la tecnología de medición de la Respuesta Galvánica de la Piel (GSR) miden el nivel de emoción o estrés que tiene una persona a través de la microsudoración de la piel. De este modo observan los picos de emoción generados en el consumidor y cuál ha sido el posible estímulo que lo ha provocado.
Por último, una vez registrado el pico de emoción y su estímulo, se identifica si se trata de una emoción positiva o negativa a través de electroencefalogramas o mediante el reconocimiento facial. “Tenemos herramientas para mejorar la eficiencia de la comunicación y por otro lado biometría para medir el nivel de impacto en el cerebro que generan los estímulos de las marcas”, relata Juárez.
Hace seis años que comenzaron formando a los alumnos en el máster y que crearon los laboratorios de neuromarketing. Desde entonces han desarrollado diversos pilotos y trabajan de la mano de empresas como Picolinos, Vichy del Grupo Loreal o el Valencia CF, entre otros. Con este último, por ejemplo, desarrollaron una prueba en la tienda oficial del club donde medían la respuesta emocional de los clientes dentro de la tienda y establecían que estímulos generaban emociones y de qué tipo en los consumidores.
Ahora, obligados por la situación de la pandemia, han avanzado sus estudios para ser capaces de determinar las emociones de las personas sin necesidad de estar presentes. “Estamos probando nuevos softwares para poder utilizar nuestra tecnología sin estar delante del cliente”, indica Ferreiros y añade que están probando pilotos donde “podemos medir emociones del cliente sin estar presentes, simplemente con que nos de acceso a la webcam y mediante técnicas de reconocimiento facial y tecnología de eye tracking”.
Por último, concluye Juárez que el futuro del marketing pasa por comprender las emociones de los consumidores y por las experiencias que estos reciban en las tiendas. “Las necesidades mínimas ya están cubiertas y ahora el consumidor lo que busca es vivir experiencias”, resalta el coordinador del MaCom Research Lab.