3 lecciones vitales que he aprendido de mi hija de 2 años

Con ni siquiera 3 años, desde la ingenuidad, la inocencia y la pureza de una niña de esa edad, a diario me da lecciones sobre cosas que quizá con el día a día hemos olvidado o simplemente damos por sentado.

Siempre curiosa 

En la fase del “¿Por qué?” permanente. A veces incluso en bucle, en la que puede preguntarme de forma continuada a las respuestas “¿y, por qué?” a todo lo que se le dice. No da nada por sentado, pregunta todo y quiere saber todo para entenderlo. En ocasiones, esa pregunta inocente, me hace plantearme mis respuestas, o si le estoy dando la respuesta adecuada, o si lo va a entender. Su curiosidad no tiene límites. Los adultos, en muchas ocasiones, por no parecer estúpidos, no preguntamos al no entender alguna situación, cuando esa simple pregunta nos sacaría de la duda. La curiosidad, las ganas de aprender, es algo que debemos aprender de los más pequeños.

Feliz sin razón alguna 

Estamos en una era, en la que parece que celebrar, no está bien visto. Cada día criticamos más frecuentemente las celebraciones, los festivos, que si son días comerciales, que si eso es una americanada, etc. Los pequeños, de naturaleza son felices, cualquier sorpresa o situación desconocida les llena de felicidad, ver un avión, ver como pasa el tren, ver un charco… su felicidad no reside en grandes momentos, al contrario, reside en pequeños detalles que les sorprenden, en ocasiones, son felices simplemente sin razón alguna. ¿Os imagináis un adulto, señalando un avión dando saltos de alegría? Hemos perdido la capacidad de sorpresa y en muchas ocasiones, la obsesión con el futuro nos impide disfrutar de los pequeños momentos presentes. ¿Cuántas veces hemos deseado algo con mucha fuerza, y al obtenerlo ya estamos pensando en lo siguiente? Vivimos en la cultura del “¿y, ahora qué sigue?” Deseamos graduarnos en el colegio, cuando lo hacemos, a penas celebramos porque ya estamos pensando en la universidad, después el master (o similar) después casarse, después el primer hijo, después el segundo, después mejorar en el trabajo, después, después, después… Tenemos que aprender de los más peques y celebrar todo, los pequeños detalles, darnos premios y tratar de saborearlos sin estar pensando en que viene después.

Lucha a muerte por lo que quiere

Cuando realmente quiere algo, me lo hace saber. Y no va a parar hasta que lo consiga. No se ha leído ningún libro de autoayuda ni de luchar por sus sueños, eso está claro, pero lo que tiene muy claro, es que cuando quiere algo, va a insistir, a persuadirme con todas sus armas y a luchar por ello hasta el agotamiento. No suele rendirse en su causa y puede ser tremendamente insistente, perspicaz y constante en su lucha.

 

*Photocredit Google

Cuando un hombre entra por la puerta, lleva consigo todo una vida

Ayer tuve la suerte de reunirme con una de esas personas que te marcan positivamente. Una de esas personas que por desgracia, quedan pocas y es el tipo de persona que más necesitamos en estos momentos. La persona en cuestión era un Director de Asia – Pacífico de una gran multinacional. Vida en Hong Kong, vida en Bilbao, USA, India y formado y forjado en las mayores escuelas de negocio del mundo. Una maleta cargada de experiencias.
Cuando un hombre entra por la puerta, lleva consigo todo una vida. Desde que entró en al despacho, lo llenó de experiencias, buenas vibraciones e impuso su ritmo de conversación. Comprometido con el mundo y con la educación. Empatizando a niveles propios de expertos en educación a pesar de no ser su sector. Y una de las cosas que más me deslumbró de él, fue a pesar de ser quien era, la humildad. Normalmente, ese tipo de persona, suele tener más palabras que cualquier vocabulario, más letras que cualquier diccionario, vista de águila y olfato de perro. Pero él no. Decía que no sabía si había triunfado o alcanzado el éxito en la vida, pero que había llegado lejos y alto. Que vivía en Hong Kong y en un piso 41 !
Positivo y responsable, me afirmó que los emprendedores tenían tres características comunes, el positivismo, el coraje y la fe!
Recuerda la próxima vez que cruces una puerta que llevarás contigo el cúmulo de experiencias que te han forjado, de actitudes, de roces con todas las personas que te has encontrado en el pasado, tu experiencia con tu primer director, etc.

20120523-110102.jpg

La felicidad no está en el cuando, está en el mientras

Parafraseando a una gran persona (y no solo por su altura) y amigo @Carlosandreu… Siempre nos estamos marcando retos, metas y fechas importantes tanto a nivel profesional como personal. Quién no ha dicho alguna vez, “el lunes me pongo a dieta, para este año me pongo como objetivo ir al gimnasio, hacer un master, el camino de santiago…” Durante toda nuestra infancia y adolescencia nos motiva y al mismo tiempo nos atormenta el “cuando”. Cuando tengas 18 podrás tener coche, cuando tengas 18 podrás entrar, cuando por fin tienes 18 y ya no quieres entrar a ese local; Cuando entres a la universidad serás adulto; No, cuando acabes la universidad; cuando termines el master; cuando tengas un trabajo serio, cuando te cases; cuando tengas un hijo; cuando tengas dos… Y esto no acaba nunca, os lo puedo asegurar.  

Nosotros empezamos en el mes de Noviembre con la idea de hacer una media maratón, en concreto la de NY. Una persona como yo, que no había corrido más de 5km seguidos, se centrará en el objetivo de correr los 21k! Pero habiendo terminado ayer, me acabo de dar cuenta que lo importante no es el hecho, la victoria o el acto en si. Hablando con un amigo, que estuvo todo el camino de santiago, diciendo “Tengo ganas de llegar a Santiago, quiero llegar a santiago, qué bien me voy a sentir cuando llegue al final…” Pero resulta que cuando llegó se llevó una desilusión. ya se había terminado. No había ya nada por lo que luchar, por lo que ilusionarse. Desde ese día, se dió cuenta que lo importante era el camino, las vivencias, la ilusión, la motivación hasta llegar y después de llegar, aprender a saborear cada instante, compartir, aprende ry mejorar. Desde ese año, lo ha hecho 3 veces más, y con una filosofía totalmente diferente, “Disfrutando el mientras porque el cuando es efímero”.  Pues gracias a esta persona, he vivido esta prueba con mucha más intensidad, porque la fecha del 18 de marzo y los 21 K no han sido la meta. Han sido un medio para entrenar con un gran amigo (www.enricoahrens.com) y con mi hermano. han sido un pretexto para salir a entrenar a las 06:30 de la mañana, han sido la inyección de motivación para salir a correr a las 22:30 de la noche después de 12 horas de despacho. Me lo he tomado como si fuese un “mientras” Y es cierto, que al cruzar la meta sentí una sensación, que espero (y voy a buscar) muchas veces más, pero eso no e slo importante. me quedo con la presión de la fecha, con la motivación, con los entrenamientos, conversaciones, planificaciones y muy importante la visualización.

Esto no va de “Carpe diem”… va de disfruta el mientras porque el cuando es efímero y siempre habrá otro cuando.