El eslabón más débil

Este domingo, compitiendo por equipos me acordé de la lectura de un libro que os recomiendo, “La meta” de Goldratt & Cox . Dicho libro explica de forma muy clara, lo que he comprobado de forma práctica.

Siempre pensamos que la resistencia, valor o fuerza de un equipo directivo, de un equipo deportivo o una supply chain, se mide por la persona, factor o parte del proceso más fuerte. es decir, por poner un ejemplo, en una fábrica: si tienes varias máquinas en el proceso de producción, de un zapato por ejemplo, si el poder de fabricación de la máquina de suelas es 10 por hora,  el de los cordones es de 120 por hora y el de encurtido es de 50 por hora, tendemos a pensar que nuestra capacidad de producción/ hora será de 120/hora, porque es la máxima capacidad que tenemos. Pero todo lo contrario, nuestra capacidad de producción la marca la parte del proceso con menos capacidad, que es la que marca el ritmo de producción.

Idem para los equipos directivos, pensamos que el ritmo de un proyecto, lo va a marcar el que más empuje y capacidad de trabajo tenga. Pero nada más lejos,  salvo que trabaje solo. Si trabaja en equipo, el ritmo de trabajo lo marcará el que más tarde entregue su parte del proyecto.

Lo mismo nos sucedió este domingo corriendo una prueba por equipos, teníamos a una persona lesionada en el equipo. De nada sirven los ritmos de los que corrían más del equipo, o los que iban más fuerte en la bici, puesto que el ritmo lo marca la persona que va al ritmo “más bajo”. Y aquí viene la verdadera labor de trabajo en equipo y sacrificio de tu rendimiento personal, por una labor de equipo. Sin duda, un trabajo apasionante, fuera de todo individualismo.

Una frase que me encanta, define este post con mucha contundencia, y es cierta a todos los niveles:

La resistencia de una cadena se mide por su eslabón más débil.

 

La felicidad no está en el cuando, está en el mientras

Parafraseando a una gran persona (y no solo por su altura) y amigo @Carlosandreu… Siempre nos estamos marcando retos, metas y fechas importantes tanto a nivel profesional como personal. Quién no ha dicho alguna vez, “el lunes me pongo a dieta, para este año me pongo como objetivo ir al gimnasio, hacer un master, el camino de santiago…” Durante toda nuestra infancia y adolescencia nos motiva y al mismo tiempo nos atormenta el “cuando”. Cuando tengas 18 podrás tener coche, cuando tengas 18 podrás entrar, cuando por fin tienes 18 y ya no quieres entrar a ese local; Cuando entres a la universidad serás adulto; No, cuando acabes la universidad; cuando termines el master; cuando tengas un trabajo serio, cuando te cases; cuando tengas un hijo; cuando tengas dos… Y esto no acaba nunca, os lo puedo asegurar.  

Nosotros empezamos en el mes de Noviembre con la idea de hacer una media maratón, en concreto la de NY. Una persona como yo, que no había corrido más de 5km seguidos, se centrará en el objetivo de correr los 21k! Pero habiendo terminado ayer, me acabo de dar cuenta que lo importante no es el hecho, la victoria o el acto en si. Hablando con un amigo, que estuvo todo el camino de santiago, diciendo “Tengo ganas de llegar a Santiago, quiero llegar a santiago, qué bien me voy a sentir cuando llegue al final…” Pero resulta que cuando llegó se llevó una desilusión. ya se había terminado. No había ya nada por lo que luchar, por lo que ilusionarse. Desde ese día, se dió cuenta que lo importante era el camino, las vivencias, la ilusión, la motivación hasta llegar y después de llegar, aprender a saborear cada instante, compartir, aprende ry mejorar. Desde ese año, lo ha hecho 3 veces más, y con una filosofía totalmente diferente, “Disfrutando el mientras porque el cuando es efímero”.  Pues gracias a esta persona, he vivido esta prueba con mucha más intensidad, porque la fecha del 18 de marzo y los 21 K no han sido la meta. Han sido un medio para entrenar con un gran amigo (www.enricoahrens.com) y con mi hermano. han sido un pretexto para salir a entrenar a las 06:30 de la mañana, han sido la inyección de motivación para salir a correr a las 22:30 de la noche después de 12 horas de despacho. Me lo he tomado como si fuese un “mientras” Y es cierto, que al cruzar la meta sentí una sensación, que espero (y voy a buscar) muchas veces más, pero eso no e slo importante. me quedo con la presión de la fecha, con la motivación, con los entrenamientos, conversaciones, planificaciones y muy importante la visualización.

Esto no va de “Carpe diem”… va de disfruta el mientras porque el cuando es efímero y siempre habrá otro cuando.