Ahora si, es tu momento

Ya ha pasado la borrachera de propósitos para el año nuevo, te has apuntado al gimnasio, has empezado a dejar de fumar, te has apuntado de nuevo a inglés, etc. Pero ahora te toca trabajar de verdad. Los días pasan, y cada vez más rápido. Un parpadeo, y estarás en marzo, siguiente parpadeo, en verano… y así hasta que sin darte cuenta estarás haciendo la lista de deseos para el 2015.

Ahora es cuando te toca demostrar. It´s show time. Tienes que salir del anonimato de los deseos y propósitos, y comenzar la acción. Todo a esa lista de to do´s, todo lo que siempre has dicho que harías si tuvieses tiempo, o si tuvieses el poder de decisión. Ahora lo puedes hacer. es tu momento. Lo malo es que ya no podrás decir aquello de “Si yo estuviese en tu lugar, haría esto o lo otro” porqué ahora lo estás, y eres tú el que lleva la dirección de tu barco.

Comienza con pequeñas acciones. Sin querer irás construyendo el medio plazo y con ello, la dirección que quieres a largo plazo. pero haz.

Yesterday you said tomorrrow

 

Tus propios momentos de la verdad

Por todos es conocido el término con el que se acuña “los momentos de la verdad” de una empresa. Pero a nivel personal, también debes encontrar tus propios momentos de la verdad. Son fáciles de detectar.

¿Cómo saber cuál es tu momento de la verdad?

– Aquellas cosas a las que no te importa dedicarle horas. Cuantas más mejor. De hecho, no te importaría dedicarle las famosas 10.000 horas que dicen que son necesarias para los pilotos para convertirse en expertos.

– Actividades que cuando las realizas te sientes muy bien. Sientes que realmente eso es lo que te gusta, lo que te llena y realiza.

– Cuando realizas esa actividad, sientes que todo se para. Estás en ese momento, y te olvidas del resto, incluso de la realidad. Solo importa lo que estás haciendo. Nada más

– En esos momentos que sabes que das el extra, lo mejor que ti. Ese esfuerzo adicional que te hace excepcional

– Permanentemente tu cabeza y tus pensamientos vuelan a esa parte de tu vida que te gusta, no dejas de pensar en ideas, en cómo hacerlo de forma diferente, cómo mejorar.

– Cuando realizas cualquier otra actividad, piensas sin parar en cómo aplicarla a tus momentos de la verdad y ves conexiones donde otros ven simple información

– Te visualizas constantemente realizando esa actividad, y te gusta esa sensación

– No te importaría dedicarle el día entero a esa actividad

– No te importa cuanto tengas que viajar o esperar para realizar esa parte de tu vida, lo harás

¿Tienes claro cuáles son tus momentos de la verdad? 

 

 

 

Dios aprieta pero no ahoga

Si has estado en esta situación, sabrás de que te hablo. Esa sensación de estar desbordado, como dice una persona que admiro en esta vida, “te silban las balas” y no sabes por donde vienen. Te puedo asegurar, que cuando tengas esa sensación acuérdate de esta frase: “Dios aprieta, pero no ahoga”. Te digo esto porque cuando pienses que no puedes llevar más cosas, que estás en tu límite (sea cual sea el ámbito de la vida) siempre puedes hacer más. Siempre puedes dar ese extra que te convierte en extraordinario. Y nunca digas que estás en tu límite porque en ese momento te suele salir otra responsabilidad, proyecto, viaje, etc. Así que no dejes de empujarte a ti mismo a través de la confianza, las dudas y la incertidumbre.

En esos momentos de duda, será cuando forjes tu mejor actitud y por ende tus mejores resultados. Eso son los momentos de la verdad, en los que un pequeño esfuerzo adicional te traerá tremendos incrementos en tu resultado final. Ese momento de la verdad es el km 16 de una media maratón o el famoso km 30 tan conocido entre los maratonianos. De nada sirve quejarte, tendrás un timing perfecto!