Mi experiencia en Ironman Bolton

Voy a empezar por lo más importante. ¿El crono? No! ¿La medalla? no! ¿La llegada a meta? Tampoco, lo siento. Lo realmente importante de todo esto ha sido las personas. Dani Juan, que voló desde Nuremberg para estar en IM Bolton, su primer Ironman como nosotros. Venía muy preparado, acompañado por grandes amigos que nos hicieron todo más fácil, gracias Soco, Rubén y Alex.. Isra García, que ha sido la voz de la experiencia, puesto que ya tenía un IM en sus piernas (Im UK Isra) en concreto el de Niza del 2012, y ha aportado consejos, tranquilidad y experiencia. Un paso más en la dirección de su Ultraman UK a finales de este mismo mes. Me quito el sombrero, dos de las pruebas más duras del mundo en el mismo mes! Woww! Y, por supuesto, Enrico, que a pesar de ser su primer IM y venir de una lesión hace tan sólo 6 semanas, ha decidido romper la barrera de las 12h. Además, de mi absoluta admiración personal como amigo y padre de tus hijos, profesional por tu desconocimiento de los límites, tengo que sumar otro apartado: el deportivo. Gracias por haber estado ahí, os quiero! Llegamos el viernes noche a Manchester y de ahí nos desplazamos a Bolton, cada uno desde su sitio, Isra desde Ibiza, Dani desde Alemania y Enrico y yo desde Alicante. Grandísimo reencuentro los 4, y manos a la obra a deshacer maletas y montar bicis y comprobar material.

Sábado mañana, hacemos un trote suave de unos 6k en ayunas. Desayuno espartano y nos vamos montados en la bici hacia Reebok Stadium que es donde se hace el registro. Un 10 para la organización. Entrega de dorsales, material, bolsas de transiciones, etc. Volvemos en bici al hotel a preparar las bolsas de las transiciones, porque además la T1 (transición nadar – bici) y la T2 (transición bici – correr) están en distintos sitios, separados al menos de 10 millas, lo que complica todo un poco más. Una vez preparado todo, vamos a la T1, hacer los últimos repasos a la bici, a dejarla en boxes y la bolsa de la T1, dorsal, zapas de la bici, casco, geles, líquidos, sales, etc. todo preparado para el día siguiente. Ahora lo mismo para la T2, nos despalzamos hasta el lugar y dejamos la bolsa de la T2. No hay posibilidad de error, geles, zapatillas, calcetines, visera, gafas, etc. Si te olvidas meter algo, no podrás volver a dejarlo. Así que las bolsas hay que hacerlas cuidando mucho los detalles. Se nos va casi el día entero, ya son las 17h. A penas 12h para la salida. Comemos algo, cargamos depósitos de glucógeno, un poco de spa para las piernas, ultimas discusiones sobre los circuitos, mapas y a dormir. 3:40AM suena el despertador. Tu mente, sabe que aunque es demasiado pronto, hoy es el día. Así qué te levantas sin problemas. Desayuno fuerte y a la prueba. A las 6AM es la salida. Pedimos un taxi, y coincidimos con el único taxista de todo Bolton, que no sabía ir al lago desde el que salíamos y no sabía nada del IM (es grave teniendo en cuenta el tamaño de Bolton, que las calles se cortan todo el día y que 1.700 locos vienen a Bolton a hacerlo). Después de perdernos, llegamos a las 5:45. Confieso que por un momento llegué a pensar que no nos dejarían entrar, porque boxes cerraba a las 5:40. Los corazones bombeando a 170 pulsaciones/minuto. Corriendo con los neoprenos puestos por la calle hasta llegar a boxes, nuestras 3 bicis son las únicas que aún tienen el protector de plástico amarillo para la lluvia. Es evidente, hemos llegado los últimos. Dejamos todo listo, y ya nos metemos en el agua, y haber llegado justos de tiempo nos hace hasta reír y queda olvidado.

Natación – 3,8k

Todo va muy rápido. Hay muchísima gente. 1.700 personas con salida única, es decir, todos entramos al agua al mismo tiempo. Increíble. Una marea de neoprenos y gorros azules. El panorama asusta. Estamos dentro del agua, esperando el pistoletazo de salida. Tu corazón se para, incluso se estremece. Justo para ese momento te has preparado tanto… Y lo sabes. Sientes que ya has estado ahí en tu mente muchas veces y sientes exactamente lo mismo que en las anteriores. Numerosas preguntas te vienen a la cabeza. Si habrás desayunado mucho o poco, si habrás entrenado lo suficiente o te habrás excedido, si habrás descansado bien.. Entre tanto pensamiento, me abrazo con Enrico e Isra y sin darnos cuenta ya estamos metidos en faena. Una auténtica lavadora humana, manos, brazos, piernas, pies, cabezas, todos buscando la misma boya. Los primeros metros recibo y doy golpes porque físicamente no hay espacio para todos. La sensación es de agobio, incluso claustrofobia en ocasiones. El circuito se compone de 2 vueltas de 1,9km con salida a tierra para volver a entrar para hacer la segunda vuelta. La primera vuelta transcurre con mucho estrés, no consigo coger ritmo, no estoy cómodo. Me encuentro con gente delante de mí que nada más lento que yo, lo que hace que me cueste coger ritmo. Antes de darme cuenta entre tanta gente, ya estoy saliendo del agua, se acaba mi primera vuelta, corremos unos 50 metros, en los que miro mi reloj, marca 34 minutos. Voy bien, dentro de lo planeado. Y de nuevo al agua, a por la segunda vuelta. En esta vuelta decido buscar mi ritmo, separándome más de la gente. Así qué nadé haciendo más distancia porque bordeaba la boya por fuera , pero me encuentro mucho mejor, sin casi gente, aunque esta decisión me cuesta regalar 600 metros adicionales a los 3,8k 😉 Salgo del agua 1 hora 15 minutos. Me dirijo a boxes, una transición rápida de 5 minutos y ya estoy en la bici.

Ciclismo – 180km

El suelo está mojado. Primer contratiempo, ha llovido casi toda la noche. Comenzamos a rodar unas 20 millas hasta llegar a un circuito que habrá que dar 3 vueltas. Llevando escasos 5 km me saltan los dos bidones y se me caen al suelo. No empieza bien el tema. De pronto, de los 3 bidones que me había preparado, a los 10 minutos de comenzar se me caen dos. Decido no parar y esperar al avituallamiento. De pronto leo en un dorsal “Santi”, llama mi atención puesto que lo que había visto hasta ese momento eran más bien “Nick, Jack, John, Steve…” Y recuerdo que mis amigos de Bilbao Gontzal y Aitzi me comentaron que había una persona de Bilbao que corría en Bolton y que se llamaba igual, así que me pongo a su lado y le preguntó, y efectivamente es el mismo Santi. Hablamos 5 minutos y cada uno sigue su camino. El asfalto es muy rugoso, muchísimos baches, es complicado rodar e ir acoplado por las vibraciones. Los desniveles son bastante pronunciados y hay un puerto que está en el circuito que tendremos que pasar 3 veces en el que tienes que ir de pie durante al menos 20 minutos. Bajadas a 60 km/h con el asfalto mojado y con baches, hacen realmente peligroso algunos tramos. Ruedo solo durante mucho tiempo sin ver a nadie conocido. Tal y como me indico el mister Octavio, cada hora pastilla de sal y gel. Sigo a raja tabla la alimentación e hidratación, tan clave en este tipo de pruebas de larga distancia. No dejo de ver gente que ha pinchado a consecuencia de los baches, rezo para que no me pase a mí, llego a los 130k y entro en la tercera y última vuelta del circuito. Sigo sin ver a nadie conocido. Me voy reservando para la carrera, mi objetivo es no hacer menos de 6h30 para llegar fresco a la maratón. Y de momento, es casi medio día, y voy dentro de mis planes. A partir del km 150 en varias ocasiones estoy a punto de bajarme de la bici pensando que he pinchado. Es realmente difícil rodar cómodo, el asfalto es mortal y me duele el cuello de las vibraciones al ir acoplado. Realmente no he pinchado, simplemente que el cansancio comienza a manifestarse. El apoyo de la gente es espectacular. Oigo cada aplauso y lo hago mío. Sin darme cuenta estoy en el km 175, rumbo a la T2. Aprieto los dientes, mi GPS no baja de 40km/h , es el tramo final y hago un esfuerzo final, ya llevo 6h45 min encima de la bici y tengo ganas de bajarme para correr. Además, ha comenzado a llover y tengo frío. Por fin llego a la transición. Esta vez me tomo con más tranquilidad. Me siento, como algo, me hidrato, tomo sales, geles y cambio las zapatillas por las de correr. Terminando de cambiarme veo a Dani, que alegría! Es al primero que veo. Se dispone a comenzar su carrera. Me comenta lo dura que ha sido la bici, los dos estamos de acuerdo en que el asfalto no ayudaba nada. Le pregunto por Enrico e Isra, ya que son las 14h y no los veo desde las 6AM y no sé si van por delante nuestra o por detrás. Me dice que Enrico le ha pasado en el km 15 de la bici como una flecha. Así que va delante de mí me alegra enormemente que no se haya caído y encima que vaya por delante. Pregunto por Isra y ninguno sabemos nada, deseo que este bien y verlo pronto. Nos abrazamos y sale como una flecha.

 Correr – 42,2km

Término mi transición y me voy. Ya son las 14h y poco, y aún me queda una maratón. La bici me ha dejado bastante tocado, pero mi mente manda. Y, hoy es el día señalado. Nada se interpondrá en este sueño, salvo una lesión. Pero mi cuerpo, está bien. San rampas, sin molestias, salvo algún roce de la bici, todo está perfecto. Comienzo a correr. A penas a los 500 metros veo a los amigos de Dani, me da un subidón tremendo verlos. Cambiamos unas palabras mientras corro y sigo. Las primeras 6 millas son todo cuesta arriba. Aquí es donde mis piernas saben que esto no será fácil. No deja de llover. Me siento pesado por el agua pero sigo, por fin llego al circuito al que tendremos que dar 3 vueltas. Llego al primer avituallamiento y comienzo a andar mientras bebo. Aquí cometo el mayor error por haberme parado. De repente, me baja todo cansancio acumulado de golpe a las piernas. Estoy fresco, de mente fuerte, pero de repente me pesa todo el doble. Así qué decido andar y correr intercalando ritmos. Al ser un circuito en bucles, veo a Enrico, está en su segunda vuelta. Nos abrazamos en mitad de la carretera, va como una moto y se le ve entero. Nos cruzamos dos palabras más y seguimos cada uno en su dirección. Cada vuelta se identifica con un color de goma del pelo. Al finalizar la primera vuelta te ponen una goma de color verde en el brazo. A acabar la segunda, de color rojo y la última vuelta, la goma es de color amarillo. Enrico lleva ya la verde y la roja. Lleva ya 26k en los pies. Llego al km 13 y me tocan por detrás. Es Isra, por fin lo veo. Ya estamos los 4 localizados, se queda un rato corriendo conmigo y comienza a acelerar, hasta que lo pierdo. Se le ve entero, va suelto. Sigo a mi ritmo andando y corriendo. Me marco objetivos cortos, como correr 5km y andar, es lo único que me mantiene a flote, si a tu mente le dices que aún te quedan 30k bajo la lluvia, probablemente no llegues al final. Así qué borro los grandes números de mi mente, y me centro en distancias cortas. Objetivos cortos, por ejemplo, correr hasta el siguiente avituallamiento, correr hasta la esquina, etc. No deja de llover. Las zapatillas pesan más, me cruzo de nuevo con Enrico ya lleva las tres gomas, miro el reloj y veo que va a bajar de 12h, me parece increíble, ha trabajado durísimo para ello, pienso que aún me quedan 20k pero no es tan duro por la alegría de ver que él llegara a meta con semejante tiempo. Me Cruzo con Dani e Isra constantemente, van aumentando ritmo y están enteros. Ya son casi les 6 de la tarde, Veo a Dani con las tres pulseras, también va a meta. Ya llevo más de 12h compitiendo, estoy entero aunque andando mucho, demasiado quizá. Pero me he enfriado y no entro en ritmo, me cuesta correr, así que decido andar rápido, voy andando a 9km por hora. Cuando me dirijo a comenzar mi tercera vuelta, me adelanta Isra como un cohete, va para meta, va a hacer poco más de 13h, nos abrazamos y le intento seguir, pero va sprintando, apenas se me escapa 300 metros, no lo suficiente para que escuche las 5 palabras que más deseas escuchar por los altavoces :”Isra, you are an Ironman” lo escucho de fondo y me ayuda a ir a por mi tercera vuelta. Ya son más de las 19h. Y me toca subir una cuesta, sigo andando y por fin veo la zona donde ponen las pulseras de colores. Esta vez es mi última vuelta, me toca la amarilla. Por fin, me la ponen, y ya estoy en mi última vuelta. Sigue lloviendo, llevo ya casi 14h sin parar. Sin comer nada sólido. Pero estoy determinado a hacerlo. No hay otra opción, y mi cuerpo está perfecto. Te encuentras historias tremendas por el camino. Cuando afronto el último tramo a meta, me cruzo con gente que está comenzando a correr, no llevan ningún brazalete, sabes que no llegarán a meta, les quedan 35k , y 3 h para cerrar la meta . Físicamente, es imposible que llegue, pero siguen adelante. Me quedan a penas 5k para meta. La euforia me invade. Comienzo a correr rápido. Adelanto a gente sin parar por primera vez en la carrera. Gente que todavía lleva una pulsera, es decir, que al menos les quedan dos horas más, siento profunda admiración por ellos, que fuerza mental. Comienzo a ver las secuelas de tanto tiempo, gente sentada en los bordillos, con calambres, vómitos, etc. aparo la mirada, para no pensar en eso. Sigo corriendo. Sólo quedo yo, mis tres amigos ya han entrado. No dejan de venirme imágenes de entrenamientos, madrugones, lesiones a mi mente, pero todo ha merecido la pena. Mi GPS me canta el km 44, es decir, o ha medido mal, o hay km extra. Ni siquiera me importa. Sigo corriendo, me encuentro increíblemente bien. Empiezo a sonreír, enfrento mis dos últimos km y son cuesta abajo. Acelero, no dejo de sonreír. El apoyo de la gente es increíble. Han estado más de 6h bajo la lluvia aplaudiendo y animando a todos. Como llevas el nombre en el dorsal, no dejan de decir “well done “Pablou”” sigo sonriendo, último km a meta, creo que voy volando, aunque estoy lejos de hacerlo, voy a 6min/k pero siento que vuelo. Ya escucho la megafonía, estoy cerca. Último apretón. Sonrío, incluso me cae alguna lágrima. Nada me puede detener. Lo voy a conseguir. No dejan de gritar mi nombre desde el público. No dejo de pensar en toda la gente que me gustaría ver y que estuviese aquí y no han podido venir, eso me da fuerza. Ya entro al pasillo que lleva a meta, veo la alfombra roja, no sé de dónde ha salido toda esa gente. Es espectacular. Levanto los brazos y entro en la alfombra roja, ya veo al speaker y 30 metros detrás el arco de meta, y por fín escucho esas 5 palabras mientras el speaker me mira sonriendo “Pablo, you are an Ironman” le choco la mano y esprinto hasta meta. No puedo parar de sonreír, increíble. Ha sido un día largo. 14h26 minutos. Un día memorable. Medalla, camiseta finisher y veo un repartidor de Dominós Pizza trayendo pizzas sin parar a la carpa de finishers. Creo estar soñando 😉 como algo y me voy a la zona de masajes. Me encuentro con Enrico, un abrazo eterno que siento que no acaba nunca y me doy un masaje mientras hablamos, él no lo necesita lleva más de 2h asimilando su hazaña. Me deja sorprendido son su tiempo. Nos encontramos con Isra, increíble sensación. Todo ha salido perfecto. Es una sensación difícil de equiparar a otra. Llegamos al hotel, tengo más de 180 mensajes, llamadas de familia y amigos. Muchos nos han seguido en streaming. Era difícil de mejorar este día, pero viendo con la gente que tengo cerca, siempre de mejora. Gracias de corazón a todos. A Dani, Isra y Enrico por hacer posible este sueño y ser compañeros de viaje de estas locuras inconscientes. A todos los que habéis estado ahí de una forma u otra. Virginia, Lauren, papa, mama… Sabéis que sin vosotros esto no hubiese sido posible. Octavio, por marcar la ruta, Marcos por ese apoyo incondicional, Nando por esa difusión en streaming eres un crack, a Enrique Bauza por esos entrenamientos psicológicos y tus mensajes de apoyo, faltabas tú, pero haremos grandes cosa juntos, lo sabes, sois muchos pero sabéis quienes sois, todos esos mensajes y palabras de ánimo no se olvidan, tenerlo por seguro. También, a los que pensaron que jamás lo haría y se permitieron el lujo de decírmelo, como si pudiesen frenar la imparable determinación y capacidad de sacrificio inherente a las personas. Gracias a vosotros también, porque en muchos momentos de flaqueza me acordé de vosotros, y me sirvió para correr 1km más. Un 10 para la organización y el público. Sin palabras.

Cuando hace un año y medio me estaba preparando para una media maratón, y me parecía imposible, desde ese día, he ido moviendo mi línea del límite físico y mental hasta acabar un IM en 14h. Una vez más, lo importante no es la meta, sino el camino.

Aprendizajes

Hay margen de mejora

Cada uno libra su batalla

Ves cuerpos retorcerse y todos tienen el mismo mérito

Cada prueba conoces mejor tu cuerpo

No esperes a tener sed para beber Come siempre que puedas, pero tampoco en exceso

Tu cuerpo necesita sales, dáselas

Los objetivos grandes desmoralizan, fracciónalos

No te auto exijas demasiado, en la prueba te la juegas todo en un día a una carta.

Hay cosa y elementos que escapan a tu control

No cruzar meta no es un fracaso. Ya has llegado más lejos que aquellos que no lo intentaron

Mi corta experiencia me dice que el entrenamiento es sólo el 60% del trabajo. Trabajo mental, descanso, nutrición y masajes (recuperación) suman el 40% restante

Prepárate bien, pero no en exceso Respeta los tiempos de recuperación y descanso

Hacer más, no siempre será enseñar mejor

Ya debes conocer y cuidar tu cuerpo, escúchalo, vives en él