Viendo los escándalos televisivos y los no tan televisivos, me vienen a la mente ciertas inquietudes sobre la relación directivos, empresa, ética y su responsabilidad directiva sobre los hechos.

A menudo escudados en organismos, entidades y empresas, se toman decisiones. Cuando todo sale bien, perfecto. Pero y ¿Cuándo no sale tan bien? En Alemania, por ejemplo, los directores generales responden con sus propios bienes en decisiones erróneas, a pesar de que no sean la propiedad o fundadores de la empresa.

No podemos tomar decisiones en las compañías, que se hayan hecho con dolo y que no se tenga ninguna responsabilidad sobre ellas. De esta forma, escudados en una empresa, podemos obrar con casi total impunidad, lo cual me parece poco ético. A nivel personal, debemos ser conscientes de todo lo que hagamos como directivos. Cada cual con lo que le corresponda.

Tu nombre o tu firma aparece respaldando tu decisión. No puedes esconderte bajo el paraguas corporativo. Tienes que dar la cara. Asume, tu nombre como persona es tu mayor garantía. La compañía te respalda, pero tu nombre va en ello. No te dejes engañar, la culpa no se diluye, detrás de las organizaciones hay personas, detrás de las decisiones, hay personas.

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