De esto es de lo que hablo, me viene como anillo al dedo. “Cariñito, detalles y experiencia” con tu consumidor. Deja de bombardear a tu target con comunicación masiva totalmente impersonal, y prueba la dulce sensación del marketing directo. Quiero mi producto y quiero que me hagas sentir especial. Quiero que me llames por mi nombre, me des cariño, me des las gracias y me hagas sentir que ese mensaje publicitario es para mi y solo para mi.
Recientemente, he tenido una pequeña anécdota de “cariñito” hacia el cliente final, que es de lo que va toda esta fiesta. recientemente, me he mudado a Bilbao a vivir. Este pasado domingo, pedí una pizza a Domino´s. Además de un buen servicio y un buen producto (muy importante) donde te la juegas a posteriori es en el cariño y en el “después” de la venta. Esto no va de prometer hasta vender. El caso es que al día siguiente, recibo una llamada, dándome la bienvenida a Domino´s Pizza Bilbao, hablándome por mi nombre, diciendo que estaban muy contentos de que confiase en ellos y que en mi próximo pedido contaba con un 50% de descuento! Acostumbrado al trato habitual de los servicios de comida rápida, me quedo totalmente atónito y contento al mismo tiempo. Me alegra ver que se pueden hacer las cosas de forma diferente. me alegra ver que hay empresas trabajando los detalles. Me alegra ver que si se puede “con la que está cayendo”. Coste de acción: llamada telefónica de 2 min. = 12 céntimos? Coste de la promoción del 50% en siguiente pedido = 1 euro?
Creo que salen las cuentas no? 1,12 euros = un cliente fidelizado. Cuesta muy poco hacer las cosas bien, centrarse en los pequeños detalles y dar “mimos”.

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