Si no estás fallando, plantéate si estás empujándote lo suficiente

Si últimamente no estás fallando. O, no tienes a miedo a fallar, está bien. Estás haciendo lo que sabes hacer. Estás en tu zona de confort.

Lamento decirte, que las cosas alucinantes, jamás suceden en esa zona, suceden en la zona mágica, opuesta totalmente a la zona de confort. Así que tendrás que salir de ella para encontrar grandes cosas. Ahí es cuando experimentarás el miedo a fallar realmente. Pero también el éxito desconocido y hazañas que jamás imaginaste que harías.

No es malo pensar en no fallar. Puede revelar que estás vivo, haciendo cosas arriesgadas y en las que no estés cómodo por ser la primera vez. Si siempre aciertas, puede que seas un crack, o puede que no estés empujando tu línea de la incertidumbre lo suficiente.

Últimamente me dedico a no fallar, porque las cosas que hago son lo suficientemente nuevas, arriesgadas, fuera de mi control y alucinantes, que no puedo pensar en otra cosa. Me equivoco bastante, y fallo tras fallo me doy cuenta de que voy fallando menos. Incluso que los fallos son un cm más que he empujado en mi línea.

 

Zona de confort y zona de magia

Probablemente hayas descubierto tu zona de confort. O probablemente no. Si la has descubierto, puede ser ese lugar o esa tarea con la que te encuentras cómodo. No te requiere grandes esfuerzos y además, eres bueno haciéndolo.

Pues bien, te digo que la magia no creo que suceda en esa zona. Debes identificar tu zona de confort cuanto antes, pero no para quedarte en ella, sino para abandonarla. Aléjate de ella lo más que puedas. Sentirás una sensación de vértigo y desequilibrio, incluso descontrol. Pero debes romper la barrera si quieres encontrar la magia. No es fácil.

Pero como dicen en una de mis películas favoritas, “Las cosas importantes suceden desde dentro” (21, black jack)

 

Salir de esa zona, que puede ser tu mesa, escritorio, pantalla de PC, hará articular una nueva zona de actuación que desconoces, pero ahí es donde suceden las cosas grandes. Desafía lo establecido, y recuerda que la magia no es un soldado que se encuentra parado, sino uno que se encuentra desfilando. Jamás te encontrarás con ella, si no rompes la barrera.

No te hagas el rey de tu reino, corres el peligro de que el trono coja la forma de esa parte con la que nos sentamos.

El estancamiento, proclama nuestra muerte.