El Marketing de hoy, es más que nunca de números

Si bien es cierto que estamos en el momento, en el que todos nos centramos (o tratamos de centrar) en el lado más humano del marketing, muy en contra lo que muchos puedan pensar, estamos sin duda, ante el mayor momento de control y de medición del Marketing de la historia. Hoy es más que nunca una ciencia.

Métricas, mediciones, estadísticas, ROI, Impactos, CTR, etc. son el pan de cada día del nuevo marketing. Hay una tendencia a pensar que el marketing digital, especialmente en Social Media, es cosa de lo divino o de postear fotos “Cools”. Pero te puedo asegurar, que para nada. El marketing digital, es el marketing más matemático, más medible, más corregible en tiempo en real. De hecho, haciendo un poco de archivo, de los tiempos del “dios” del marketing directo David Ogilvy, en el que el mail marketing fue la revolución en USA, hemos cambiado mucho. Cualquier Community Manager de una PYME tiene a su disposición una cantidad infinita de herramientas de medición, de gestión de contenidos a su alcance impensables hace solo unos años, y lo mejor de todo, de forma gratuita.

Creo que hay una corriente de cierto escepticismo respecto a esto, por el intrusismo digital, pero cuando veo una campaña en digital que me enamora, puedo saber de un solo vistazo si hay solidez detrás de ella, por lo general más cercana a las estadísticas que a la creatividad.

En definitiva, el marketing de hoy, es más de números, estadísticas y matemática, que nunca. Grandes creatividades y grandes eslogans, siguen teniendo su pegada, pero como ciencia no como inspiración divina.

 

Photocredit: Gettyimages, televisa.com

Gratis, es gratis

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Es respetable que te guste la presencia, los Me Gusta porque lo asocias con exposición, ROI y notoriedad, pero te voy a desvelar un tip de la nueva era del marketing actual. Sorry, todo eso no vale. (Salvo que Facebook te pague por cada Me Gusta o Twitter por los FAV. ¿Es el caso? Si es el caso deja de leer este post. No lo es, ¿Cierto? Bien, pues como no vives de eso, te propongo, que entre otras métricas de medición mucho más divertidas y atractivas, por ejemplo, comiences a medir la calidad y pureza de tu trabajo. ¡Cómo? Muy sencillo, si tus 50K followers es lo primero que dices cuando te presentas como una medalla al mérito, te propongo que hagas un análisis de realidad.

Esos 500 asistentes al evento con el mega cóctel, para el siguiente evento, cóbrales (lo que estimes oportuno) por asistir a tu evento. Si estás pensando en qué voy a medir la rentabilidad significa que no has entendido nada. Te hablo de poner en valor lo que haces, de medir, optimizar y depurar tu base de datos. Cuando las acciones que comúnmente “regalas” pasan a ser de pago, verás la verdadera calidad de tu trabajo y cuántos followers te seguirán vayas donde vayas. Hacer cosas gratis, es gratis. Sé que lo que te estoy diciendo no te gusta, y pensarás que solo me importa una cosa, pero no es así, pero lo más valioso en esta vida no es el dinero, pero si lo es el tiempo. Así que monetiza, evalúa y transforma tus actos para ello. Déjate de pajaritos, GRATIS, ES GRATIS. Cuando las cosas son gratis, jamás se ponen en valor y la crítica fácil se desliza por el gatillo de la ironía y de la incontinencia verbal.

Recuerda, gratis, es gratis. Haz la prueba del freemium, haz que tu usuarios pasen de Free a Premium (pago) y verás las cosas con otro prisma.

Nada es gratis

Existe una corriente de favores, que está invadiendo todo. Tiene su lado positivo, pero debemos establecer algunos límites bajo mi humilde punto de vista. Está claro, vivimos en un mundo hiper conectado y universalmente horizontal, en el que el acceso a todo se ha democratizado, y podemos conectar con quien sea donde quiera que esté. Pero ojo, esto no significa que puedo pedir lo que quiera sin coste.

Me explico.

Es admisible y entendible, que si está en nuestras manos, y podemos ayudar a alguien, que lo hagamos. Pero aquí tenemos un conflicto, si el favor que te tengo que hacer es lo que “me da de comer” es cuando la cosa se complica. A través de la web social, todos ayudamos, aportamos y conectamos. Pero como digo, todo tiene un limite.

Jamás se te ocurriría ir a un restaurante y pedirle un favor, que te sirvan de comer gratis, o a un abogado privado que te represente sin coste,  ¿No? Pues a través de la web social creo que es lo mismo. Recientemente, una persona que cobraba sus servicios de consultoría (y no baratos) se sorprendía al hablar de tarifas para una conferencia. ¿Pero entonces, es correcto que cobres por un tangible y pones en valor tus servicios, y cuando escuchas fees de otros servicios, te chirrían los oídos?

Como he dicho al principio, está bien que estemos en una corriente de favores, pero siempre y cuando no sea tu negocio. Pedir recomendaciones, está bien,  hasta cierto punto también. Nada es gratis

Alguna vez me han pedido que facilite un contacto en algún país determinado, y encantado lo he facilitado, porque pienso que estamos en la era de compartir, pero resulta, que en alguna ocasión, por facilitar a una persona el contacto de otra, se ha tensado mi relación con este contacto por insistencia de la tercera persona. Entonces, aquí pasamos de una conexión o un “favor” a un fail en toda regla.

¿Cuál ha sido el ROI de esa acción? Desgastar y tensar una relación por haber hecho un contacto. Mal negocio.

Así que de ahora en adelante, plantéate antes de pedir una conferencia gratis, mail gratis, contacto gratis, recomendación gratis, si esa persona vive de ello. Y antes que eso, si tú mismo estás dispuesto a hacer gratis tu trabajo.

Independientemente de todo, la vida está para compartirla. Solo el amor es gratis.

 

Del ROI al ROE

Pablo Ferreirós Economía 3

Fuente: Economía 3, publicación mes de Mayo 2013

Desde hace unos años, ante cualquier acción que he querido llevar a cabo en el mundo de la empresa, especialmente en el mundo de la comunicación digital & Social Media, el único instrumento de medición, en muchos casos utilizado como argumento en la toma de decisiones para lanzar o no una acción de comunicación, ha sido el ROI. Si tomamos por válida la siguiente definición, una de las más empleadas:   Return on investment(ROIEl retorno sobre la inversiónRSI o ROI de sus siglas en inglés: Return On investment— es una razón financiera que compara el beneficio o la utilidad obtenida en relación a la inversión realizada, vale decir, «representa una herramienta para analizar el rendimiento que la empresa tiene desde el punto de vista financiero», vemos que en ningún momento se plantea abordar la perspectiva humana o de las personas con esta herramienta de medición.

La preocupación por la empresa, es evidente, se centra hasta ahora en el aspecto económico y la rentabilización de cualquier acción de social media. Pero, aquí incurrimos en el primer error, pensar que todos los retornos deben de ser económicos o monetarios (para todos los directivos que toman decisiones, lo simplificaremos a: mayores ventas)

Aquí está la que creo que es la primera premisa que debemos comenzar a cambiar, en nuestra mentalidad, en este nuevo mundo universalmente conectado. No todo es vender más, y medir las rentabilidades por cada céntimo de euro vendido, al menos, midiéndolo como hasta ahora, como retorno puro y duro, euro invertido, euro venta. En esta nueva era disruptiva, resulta que palabras que hasta ahora tenían otras aplicaciones, ahora solo las usamos para medir en Social media todo lo que hacemos. Engagement, comunidad, afinidad, entre otras muchas.

Entonces si la forma de consumir medios sociales ha cambiado, las métricas y algoritmos cambian a diario, ¿Por qué seguimos midiendo nuestras acciones y campañas con criterios que pertenecen al pasado?

Con esa forma de medir del pasado, estás a años luz de las emociones que siente tu target, a años luz de las experiencias que has generado en él y muy lejos de la relación que quieres establecer con tu consumidor. Si tu entorno ha cambiado, tienes que cambiar la forma de relacionarte con él y por supuesto, la forma de medir y gestionar las interacciones y retornos que tienes con él.

Las grandes marcas se han pasado todas al terreno de las emociones. Hemos pasado de una época en la que se vendía producto y lo importante eran las características técnicas y atributos del producto (aquí el ROI si tenía sentido) a una época en la que lo realmente importante es las emociones, sensaciones, experiencias que generemos a nuestro público, y la relación y engagement que consigamos con él.

Por tanto, debemos cambiar la forma de medir la aceptación de nuestro público, de una forma distinta a las ventas, fans, followers o likes.  Reinventemos una forma más acorde con los principios actuales, propongo que comencemos a utilizar el ROE: Return On Emotions.

Estamos en la era de las emociones y de las experiencias, no me cansaré de decirlo. El corazón impera sobre la razón, no me cabe duda. Las decisiones más importantes de tu vida, y las que te quedan por tomar, las harás con ese cerebro, el emocional. Las decisiones de compra se rigen, cada más por las emociones. Hemos pasado de “Think – buy – feel”  al “feel – buy – think”

Por eso te propongo que comencemos a medir el retorno a la inversión, a través de las emociones. Es mucho más divertido, y por cierto, funciona.

Tus nuevos conceptos de medición se convertirán en:

– Afinidad

– Sentimiento de marca

– Conexión

– Consideración

– Apóstol

– Recuerdo sugerido y provocado de marca

– Top of mind

– Engage

– Emotional touch points

– Ayuda

– Compartir

– Inspiración

– Humanizar

– Customización

– Enamorar

 

¿No te parece mucho más emocionante, medir y conocer a tus clientes así? A mi si.

Las marcas que comiencen a medir a sus clientes como personas, y no cómo lo que les aportan monetariamente, conseguirán una ola de clientes fans y apóstoles, no de clientes. Otra opción, es que prefieras seguir tratando a tus clientes por lo que aportan en ventas, es respetable.