No es el momento de una revolución sino de una re-evolución

Sin ser Doctores en Economía, sabemos que uno de los principales motores que sustentan y dinamizan las economías avanzadas, es eso que parece que muchos no tienen en cuenta: EL CONSUMO. En un estado de bienestar -que no se si lo seguimos o seguiremos teniendo- en la situación actual, pocos son los pilares que quedan para sustentar la economía nacional. Teniendo tocada la construcción, el empleo, apareciendo nuevos destinos turísticos tanto a nivel lowcost como de lujo, más atractivos y más económicos que España, poco podemos potenciar, aunque no debemos bajar los brazos: innovación, conocimiento, producción, energías renovables, etc. Pero desde luego, uno de los principales sustentos de esta economía y del (des)empleo es el consumo. Es una espiral difícil de cortar. Sin empleo no hay consumo. Pero a su vez, si no se consume, no se genera empleo. Creo que es más que evidente. Si el carnicero decide no irse de vacaciones, el de la agencia de viajes decide no cortarse el pelo tan frecuentemente, y el peluquero decide no comprar carne… es una espiral, y el resultado de no consumir, es cerrar! Por tanto, menos empleo.

Digo yo entonces, que no hay que ser ningún iluminado, para darse cuenta, que para recibir monedas, hay primero que dar monedas. No voy a entrar en demagogias fáciles sobre los recortes. Pero si una pequeña reflexión. Si recortamos en salud, educación y salarios, no solo vamos a disminuir el nivel de bienestar que tenemos entendido como punto de partida en este hemisferio, sino que vamos a disminuir gravemente el consumo, incurriendo en más negocios que tengan que cerrar y más desempleo. Por no hablar del ahorro. El estado pide prudencia y ahorro. Pero, ¿Qué ahorro? Si una familia media española antes podía a duras penas, ahorrar, y tocamos el ingreso a la baja y le subimos el IVA… ¿En qué momento pueden ahorrar?

La norma nunca puede sustituir al sentido común. El menos común de los sentidos. 

Solo hay dos formas en esta vida de salir de una situación económica complicada, a nivel personal, de empresa o de estado. recortando costes o aumentando ingresos. Pero lo que no podemos hacer es cargarnos el consumo, subiendo el IVA y bajando sueldos, repito tanto a nivel de persona como a nivel de negocio. Ahora que está todo mal, tenemos que arrimar el hombro entre todos. Pero cuando las cosas iban bien, nadie decía: “Como vamos tan bien, vamos a repartir beneficios entre todos, que esto es una cosa de todos”.

Sinceramente, me parece que estamos perdiendo el norte. Hemos amanecido hoy mismo con un hijo de Esperanza Aguirre colocado como asesor… esto no tiene fin. En España hay demasiado cacique para poco indio. Podríamos estar durante días y entrar en demagogias facilonas. Pero no es el momento para ello. Es el momento de dar un golpe en la mesa.

No es el momento de una revolución, es el momento de una re-evolución

Otra de las consecuencias severas de reducir los sueldos, es el poder de atracción del talento. A más exijamos y menos remuneremos los puestos directivos, menor será el poder de atracción para el talento a nuestras empresas. Pay Peanuts, get monkeys.