Te pido un favor ;)

Te pido un favor

Te voy a pedir un favor. Coge un trozo de papel y un boli. Coge un cronómetro/ reloj. Es muy importante que midas el tiempo que vas a tardar en hacer este ejercicio. Después lo entenderás.

Con una mano, pon el cronómetro en marcha y con la otra dibuja un smiley ( 😉 ) y mide lo que has tardado en hacerlo.

¿1 segundo?

¿1,5 segundos?

Pues esto es lo que necesitamos para repartir algo de felicidad a nuestros clientes. Esto es lo que tardó la chica que me atendió en el Starbucks de Sao Paulo, en hacerme un poco más feliz, y muy fan de esta empresa.

En esta simple foto que os comparto, se juntan dos elementos que pregono en mis clases a los 4 vientos. En una palabra y un símbolo, podemos desglosar la estrategia de fidelización de una multinacional. Pablo, ¿ Estás loco? No, no estoy loco, tengo razón. El nombre de tu cliente y un smiley bastan para llenar corazones y hacer sentir a tu cliente único, y que tiene un producto que ha sido elaborado y personalizado para él. 

Te voy a pedir un último favor:

Prométeme que tratarás a tu cliente como si fuese tu único cliente

Prométeme que lo llamarás por su nombre, recuerda que no es un número

Prométeme que repartirás felicidad desde tu packaging hasta tu postventa

Prométeme que vas a transformar el proceso de compra en experiencia de uso

 

Cariñito y detalles…Ya no vale prometer hasta vender: Caso Domino´s Pizza

De esto es de lo que hablo, me viene como anillo al dedo. “Cariñito, detalles y experiencia” con tu consumidor. Deja de bombardear a tu target con comunicación masiva totalmente impersonal, y prueba la dulce sensación del marketing directo. Quiero mi producto y quiero que me hagas sentir especial. Quiero que me llames por mi nombre, me des cariño, me des las gracias y me hagas sentir que ese mensaje publicitario es para mi y solo para mi.
Recientemente, he tenido una pequeña anécdota de “cariñito” hacia el cliente final, que es de lo que va toda esta fiesta. recientemente, me he mudado a Bilbao a vivir. Este pasado domingo, pedí una pizza a Domino´s. Además de un buen servicio y un buen producto (muy importante) donde te la juegas a posteriori es en el cariño y en el “después” de la venta. Esto no va de prometer hasta vender. El caso es que al día siguiente, recibo una llamada, dándome la bienvenida a Domino´s Pizza Bilbao, hablándome por mi nombre, diciendo que estaban muy contentos de que confiase en ellos y que en mi próximo pedido contaba con un 50% de descuento! Acostumbrado al trato habitual de los servicios de comida rápida, me quedo totalmente atónito y contento al mismo tiempo. Me alegra ver que se pueden hacer las cosas de forma diferente. me alegra ver que hay empresas trabajando los detalles. Me alegra ver que si se puede “con la que está cayendo”. Coste de acción: llamada telefónica de 2 min. = 12 céntimos? Coste de la promoción del 50% en siguiente pedido = 1 euro?
Creo que salen las cuentas no? 1,12 euros = un cliente fidelizado. Cuesta muy poco hacer las cosas bien, centrarse en los pequeños detalles y dar “mimos”.